Análisis: “The Weathering Magazine nº8”

The Weathering Magazine nº8

Agosto 2014
Reseña por Ángel M. Salcedo Oliver

Dentro de las adquisiciones regulares de la Sección de Miniaturismo, nos hacemos eco de la llegada del número 8, de esta revista española: The Weathering Magazine.

Abre el capítulo dedicado a un carro medio M-48A3 moderadamente desgastado y sin los habituales machacados de aristas, acaso porque las redondeces no se presten a ello. Verosímiles roces, acumulación de suciedad en el tren de rodaje y polvo en ranuras y refuerzos X de los guardacadenas; ligeras escorrentías de aceites o carburantes, todo ello muy bien integrado sin contrastes exagerados. La marcha sobre terreno duro y seco deja negras las caras exteriores de las zapatas. La “amputación” del guardacadenas anterior derecho nos permite apreciar, aún mejor, la forma de bañera que tiene la barcaza, propiciada por el proceso de fabricación, destacando la proa ondulada. Las fotografías muestran la dificultad de componer cadenas sujetas por conectores, de las que no suelen tener caída en el tramo superior.

Sin ser un conflicto prolijo en encuentros de carros, no podía faltar el T-59 norvietnamita, una copia o variante de los soviéticos T-54 y T-55, a los que tanto se parece. De nuevo suaves desgastes, más verosímiles que los repicados ahora de moda en el miniaturismo de material terrestre. Pese a su apariencia simple, toda esta “familia” tiene unos molestos detalles a la hora de reproducirlos a escala, como son el pasador que une las bisagras sobre el motor, las chapitas y tornillería de sujeción de los depósitos externos sobre ambos guardacadenas y el circuito de combustible a la vista, que alguna maqueta de firma prestigiosa ni siquiera incluye, constituyendo un punto de control, a la hora de las adquisiciones.

Una leve concesión al mimetizado, mediante ramitas y hojas del veterano Verlinden. Curiosa carta de colores de los suelos encontrados en diversas regiones vietnamitas y lo dedicado a la exuberante vegetación, del alargado país indochino. Dos oficiales consultando mapas recogen buena parte de las dificultades a la hora de pintar figuras modernas: piel y uniformes con colores apagados y muy similares. Un recreo para la vista es el artículo dedicado al helicóptero de ataque Huey monomotor, y no tanto por el espectacular resultado de su armamento y boca de tiburón, sino por su artillera con sujetador mimetizado, manejando una ametralladora M-60 de puerta, con gran soltura.

No podía faltar el Panthom II -muy presente en los noticiarios de entonces, junto a los F-105 y B-52-, en su versión F-4B de los Marines “Death Rattlers” y su enhiesta serpiente de cascabel, opuesto al diminuto y escurridizo MiG-17, en metal apresuradamente recubierto de verde poco permanente. Todo un mundo separa a ambos aviones, cuando las superpotencias pensaron en suprimir las armas automáticas en las aeronaves más avanzadas, pero las carencias y restricciones de los misiles hicieron que cañones de tiro rápido hayan llegado hasta nuestros días.

La extensa paleta sobre este conflicto se hace eco del traumatismo postbélico, en forma de turista que vuelve de mayor a rememorar sus años jóvenes en aquellas tierras.

Incluye un apartado para los juegos de guerra con carros en diverso grado de terminación, más o menos elaborada, en tres niveles de acabado.

Finaliza anunciando un próximo número, para realización de material destrozado y/o quemado.

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