Abrimos esta nueva sección de artículos con un desconocido tractor ruso, el T-20 “Komsomolets”. En este caso no ha sido ningún miembro de la Agrupación Artística Aragonesa quien lo ha redactado, sino que esta interesante y extraordinaria labor de documentación viene a cargo de Jesús Alcocer, amigo de la agrupación. Jesús nos ha permitido hacer una pequeña entrada de su obra en nuestra web para dar mayor repercusión a su trabajo.
A partir de la Primera Guerra Mundial, el nivel de mecanización de los ejércitos fue en aumento imparable. Todos los países tuvieron que modernizar su caballería y cambió la forma de enfrentarse a una batalla. A finales de los años veinte y principios de los treinta, la mayoría de países ya disponía de nuevos conceptos, no así el Ejército Soviético, que hasta los años 30 no empezó a fabricar vehículos capaces de adaptarse a los tiempos.
Introducción a cargo de Jesús Alcocer.En estos momentos históricos se sitúa la creación del primer tractor de artillería propio del RKKA -Ejército soviético-: el Pioneer, diseñado en 1935 a partir del tractor norteamericano Marmon-Herrington y dotado de un motor Ford V-8. Este mismo motor y suspensión derivaban a su vez del pequeño carro anfibio T-37 A. En 1936 el diminuto Pioneer de sólo 1.500 kilos de peso y con una velocidad máxima de 50 km/h fue puesto en producción. Se trataba de un vehículo pequeño y estrecho, capaz de transportar hasta 500 kilos de carga, con el puesto de conducción situado sobre la caja de cambios. Tras él había seis asientos para la dotación del cañón (normalmente una pieza anticarro de 37 mm. Modelo 1930, o una similar de 45 mm. Modelo 1932 u otra de infantería de 76’2 mm. Modelo 1927). La fabricación continuó en 1937 en dos variantes B-1 y B-2, esta última con tripulación de dos hombres.
El desarrollo del Pioneer y el Komsomolets fue tan parejo y rápido como el del pequeño carro anfibio T-37, que pronto dio lugar a los modelos T-37 A y T-38. De hecho, el motor y la suspensión del Pioneer derivaban directamente del T-37 A. Al aparecer el T-38, muy similar a su antecesor incluso en sus carencias, se aprovechó para desarrollar el tractor Pioneer en un vehículo más grande, con mejor diseño y más protección. A fines de 1936 el ingeniero N.A. Astrov tenía sobre su mesa el diseño del T-20, así de veloz fue la ejecución de esta serie de vehículos. Para empezar, se alargó el chasis y la transmisión, de modo que en lugar de un único carretón de dos ruedas a cada lado, el T-20 incorporaba dos. Igualmente los rodillos de retorno pasaron de uno a dos por lado. La falta de protección del Pioneer se intentó solucionar ensanchando el vehículo e incorporando una cabina frontal de planchas de 7 a 10 mm. remachadas que alojaba al conductor y al ametrallador.
Además de la encomiable labor de documentación y la buena redacción del artículo, Jesús nos informa de las diferentes variantes, armamento, conceptos, todo ello mostrando distintas fotos y esquemas, y además da buena cuenta de las posibilidades modelísticas del mismo con su “epílogo modelístico”.
A partir de aquí ya sólo queda abrir el enlace a la web de Jesús y comenzar a leer e interiorizar todos los pormenores de este peculiar vehículo ruso del periodo de entre guerras. Artículo completo: “Tractor T-20 Komsomolets: Derrotero histórico y modelístico”. Tanto Jesús como nosotros esperamos que la lectura sea interesante y que algún modelista se anime a reproducirlo a escala.